Una plática conmigo

Aún sigo atrapado. Ya quiero salir.  Me urge salir para poder dedicarme a lo que me gusta.
La universidad no está tan difícil como pensaba. Corre vas a llegar tarde, date prisa vas a tener falta. Creo que andas un poco crudo, a veces muy crudo. No pongas atención ese maestro no sabe nada. ¿Para qué tomar notas? No las necesitas. No sé porque nos ponen estas materias, ¿de qué nos podrían servir?. No te esmeres tanto en las tareas, no pasa nada no es tu trabajo, con siete pasas. Cómo odio la universidad, realmente la odio. Solo porque necesitas el título para trabajar,  para tener un buen trabajo y ganar lo que debo de ganar.  Tranquilo ya falta poco. Tranquilo ya acabaste y no hiciste nada, que fácil fue la universidad.
Ahora entendí que no disfruté el trayecto por querer llegar a la meta, porque es eso, el trayecto es lo que enseña, lo que se tiene que disfrutar y aprender de ello. Quisiera regresar.
¿Qué aprendí? Pues…
Aprendí que el sólo hecho de estar en una universidad, cualquiera, es un privilegio y más si tienes la oportunidad de estudiar en una como ésta, tus padres hacen un esfuerzo, tal vez a veces mucho, otras no tanto pero cuesta, no lo olvides no es gratis, no faltes.
Aprendí que  quejarse del servicio social no te va hacer pasar la “materia”, mejor disfruta cada instante. No vayas ayudar a las personas ve a apoyarlas que es más humano, no eres superior;  y descubrirás cuánto te dejaron esas personas con las que conviviste tantos días, y querrás volver a verlas, pero no lo dejes en el recuerdo sigue apoyando a la sociedad porque todos vivimos en el mismo mundo.
Aprendí que realmente disfruto estar en la universidad, caminar por los pasillos es un placer, en estos pasillos vi desde alegría que contagia hasta tristeza, vi besos y vi rupturas, vi abrazos y despedidas, personas corriendo y caminando, personas estudiando y platicando, disfruta cada momento, porque tienes el gran privilegio de caminar por una universidad y estudiar en ella.
Aprendí que muchas veces los maestros no tienen la culpa de la clase, sino los alumnos que desalientan al catedrático, por sus pocas ganas de aprender. Recuerda que la clase no se acaba sonando el timbre, y si tienes ganas de aprender más sobre cualquier materia, acércate a tu maestro verás cuanto vas a aprender, ellos siempre tendrán tiempo para su alumno (no sé cómo lo hacen, pero es genial, tienen tiempo para cada uno).  Grandes conversaciones entablé con ellos, que desgraciadamente muchas veces salí disparado porque tenía clase e iba tarde y las dejé inconclusas.  Aprende todo lo que puedas de ellos, créeme te servirá, ellos ya llevan un rato en el camino. No tengas miedo de preguntar, no hay pregunta tonta, sino tontos que se ríen.
Recuerda que hay más personas en la universidad aparte de ti, tus amigos y tus maestros. Da los buenos días, las buenas tarde y despídete y agradéceles a las personas de intendencia que recogen tu basura sin conocerte, limpian el baño para ti, no son robots, existen, no estaría mal de vez en cuando tener un detalle con ellos. Y lo mismo para los policías, no los odies porque no te dejan pasar porque no tienes la credencial, es su trabajo, y son muy buena onda.  También las secretarias, y a una en especial, Francis, que ha ayudado a varias generaciones de alumnos LCIC con sus trámites, desde el más fácil hasta el más difícil. Y cada persona que hay en la UDEM, una sonrisa y los buenos días, cambiará tanto tu actitud como la de ellos.
Aprendí que para todo hay tiempo, sólo que a veces no te lo das. Nunca digas que no tienes tiempo, no tendrás tiempo cuando estés muerto, ahí es cuando no hay tiempo ya.
Sal, ve a fiestas, conoce gente, diviértete, también esto es parte de la universidad, no te quedes encerrado en tu casa, eres joven aún tienes energía para divertirte, estudiar y trabajar. Encuentra el equilibrio, sé que no es fácil pero lo puedes encontrar.
Aprendí que en cada tarea debes esforzarte, no por ser una materia que te desagrada no des lo mejor de ti, dalo como si estuvieras en tu trabajo profesional, no te hagas el rudo y el que no te importa tu calificación, tus compañeros verán esta actitud en ti y no querrán hacer la tesis contigo (conozco varios casos).
No te sientes en un banco alejados de todos, inicia una conversación con tus compañeros desconocidos, verás que grandes personas son unos y tal vez forjarás una amistad de por vida. Intégrate, que no te de miedo ni flojera.
Aprendí que de nada sirve sentarse en la parte de atrás del salón, hay muchas distracciones, adelante vas aprender mucho más, si eso es lo que buscas, para eso estás en la universidad, para aprender.
Ve a todas las conferencias que puedas, que hay en la universidad y fuera de ellas, esto te hará tener una mejor perspectiva del mundo.
Aprendí a no hacer prejuicios de mis compañeros, desde el más listo hasta el más tonto, porque los hay, y en algunas ocasiones el más tonto es el más cuerdo.
Lee, y lee mucho. No te quedes con lo que se vio en clase, adéntrate e investiga más sobre el tema, vas a llevar ventaja cuando salgas de la universidad y trabajes.
No quiero salir. Ya no me urge salir, porque se que no tenía que salir para lograr cosas y dedicarme a lo que me gusta, solo fueron excusas.
Ponte melancólico y alegre que ya se acabo el viaje por la universidad, fue uno largo pero valió la pena (los que me conocen sabrán porque fue tan largo), ojalá pueda regresar a visitar a mis maestros, al CEDEM, a la Agencia, pero no como alumno, sino como amigo.
¿Maestros de educación? Yo no tuve maestros…tuve maestros de vida, que me enseñaron más de lo tenían que enseñarme.
¿Compañeros de clase? Yo no tuve compañeros de clase…hice compañeros de por vida.
¿Qué me faltó hablar sobre las  mujeres de mi universidad? Que te puedo decir…ahí conocí a una muy especial.
Gerardo Contreras Saiz
LCIC – último semestre
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