No era su opción, pero mira cómo le fue

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Jesús vivió la experiencia más enriquecedora de su vida a nueve mil kilómetros de distancia

A quien no le emociona la idea de irse de intercambio y visitar lugares que nunca pensaste conocer, tantas opciones de lugares a donde ir que la lista no para. Siempre soñamos con ir al primer lugar que se te viene en mente, pero por obra del destino terminas en tu última opción, esta fue la historia de Jesús Reybal.

 

«Bruselas, Bélgica era mi última opción para irme de intercambio, pero no me arrepiento de mi decisión, ya que sin duda fue la experiencia más enriquecedora de mi vida y no la cambiaría por nada del mundo».

Su intercambio, no empezó color de rosa, Jesús sufrió constante depresión el primer mes, por la dificultad de conocer nuevas personas, la constante presión de obtener un lugar donde vivir y la pérdida de control ante situaciones que estaban fuera de su alcance. Sin embargo pudo más su anhelo de disfrutar del viaje y decidió restarle importancia a los problemas y recordar que un mal día, no significa un mal viaje.

 

 

Jesús compartió que las mejores experiencias suceden sin planificarlas, como lo fue su voluntariado en una granja en las últimas semanas de su viaje, convirtiéndose en el momento más enriquecedor, pues experimentó una conexión profunda con la naturaleza y su persona.

 

El cambio de ambiente, perderse entre las calles de las ciudad, el conocer las historias y perspectivas de diferentes personas definitivamente abrió su panorama del mundo, ayudándolo a reforzar sus creencias y valores más presentes en su vida.

 

Además, el aprendizaje fue mutuo, porque Jesús también extendió las perspectivas de sus más allegados amigos extranjeros, especialmente sobre temas tabúes, en el cual siempre emprendió un diálogo de respeto con personas que pensaban diferente a él. No cabe duda que la aceptación y tolerancia fueron sus mejores aliados para establecer un ambiente de armonía.

 

 

Nunca sabes a quién te puedes encontrar ni qué puede resultar de ese encuentro, estar abierto a conocer a las personas más a fondo puede convertirse en una oportunidad inimaginable.

 

Eso sucedió cuando a Jesús se le acercó un hombre pidiéndole una recomendación de un lugar para cenar, en vez de responder cortésmente y alejarse, decidió acompañarlo y como gesto de agradecimiento el hombre lo invitó a cenar, pero quién iba a pensar que resultaría en la oportunidad de viajar a Italia.

 

 

Y sucedió una vez más al explorar su país favorito desde la infancia, en Austria, Jesús no pensó en conocer a una persona que lo motivara a regresar en el menor tiempo posible, y es que no estaba en sus planes, sentir una conexión tan fuerte con un completo extraño, pero así lo tenia previsto el destino.

 

 

 

Él nunca imaginó que aprendería tanto de este intercambio, todo aquel que viva esta experiencia tiene garantizado un crecimiento espiritual, mental y personal. Vive cada momento al máximo, sal de tu zona de confort y sobre todo viaja, en especial viaja solo para encontrarte contigo mismo.

 

Escucha más de su historia:

 

Ve el viaje de Jesús:

 

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