Propone reflexión sobre el negocio fotográfico



Hoy, más que nunca, es una realidad que se puede vivir de ser creativo; sin embargo, en la comunidad de productores audiovisuales, usualmente se ignora que el trabajo es un negocio, y que si se hacen las cosas correctamente, de sus frutos se puede comer, aseguró Daniel Aguilar, fotógrafo de bodas desde hace 20 años, durante su taller en la Semana Photomorfia de la Universidad de Monterrey (UDEM).
El ganador al premio de los 10 fotógrafos más audaces de todos los tiempos, expresó que el éxito se obtiene cuando desde el primer día se toma la profesión con seriedad; el fotógrafo tiene que aprender que ser creativo es entender los números y que para un negocio funcional es necesario aprender de finanzas.
“¡Soy realmente un ingeniero en sistemas, pero lo odiaba! Así que tomé mi cámara y comencé a disfrutar la vida”, añadió.
Parte del negocio, y la profesión es la capacidad de retratar la condición humana, por lo que el éxito va de la mano con ser un mejor ser humano, pues son ellos la clientela directa del fotógrafo, y es necesario poder conectar con los sujetos; la sensibilidad y empatía se reflejan en un mejor trabajo, y ello se traduce a un mejor negocio, indicó Aguilar.
Compartir el proceso de cómo se logra un resultado final, hoy en día, eleva el valor del producto de manera monumental, pues carga un contenido valioso al contar una historia y permite al consumidor conectar y apreciar más fácilmente el producto final; que es lo que ahora hace a la fotografía aún más humana y le da la habilidad al fotógrafo de conectar con su audiencia en las plataformas digitales y redes sociales, agregó.
“Si reflexionamos, ahora más por la pandemia, contar el proceso de como hicimos algo, tiene en realidad el 80% del valor más que el producto final; es muy poco el porcentaje que solo mostrando el producto final tiene éxito en este momento”, manifestó Aguilar.
El ponente explicó que una regla de oro a la hora de hacer publicaciones en redes sociales se debe tener en consideración uno de tres aspectos, ¿educa, entretiene o inspira?, pues es importante sentir cierta responsabilidad con la audiencia, al ser una realidad que estas personas son prospectos o posibles clientes y este contenido, más fácil de monetizar.
Por su parte, afirmó que las grandes ideas que nunca llegan a la ejecución, pensar que el trabajo es insuficiente, el perfeccionismo, tardar en actuar y comparar los resultados con otros colegas, es la receta para el fracaso.
La disciplina y la decisión de avanzar en el trabajo todos los días es la única manera de resolver los problemas que se presentan en la profesión, ya sean creativos, de demanda, de capital o emocionales; pero es muy fácil estancarse cuando no se ejecuta. El orden es lo que salva a una persona en una profesión creativa y dicha cualidad sobrepasa su talento en la materia, aseguró Daniel Aguilar.
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